LOS SIETE ATRIBUTOS DE UN DISCÍPULO

Ahora sabemos que un discípulo es un seguidor de Jesús y un estudiante de la Palabra de Dios, ¿cuáles son las características de un discípulo de Jesús? Daré una lista de siete características de un discípulo de Jesús. Son como siguen:

1.Un discípulo debe de ser como su Maestro (Lucas 6:40)

2.Un discípulo (estudiante) debe poner su "vida del alma/Psique" para obtener la vida Zoé (Lucas 14:26)

3.Un discípulo (estudiante) ha de llevar su cruz (Lucas 14:27)

4.Un discípulo (estudiante) renunciará a todo lo que tiene y se negará a sí mismo para servir a Jesús (Mateo 16.24; Lucas 14:33)

5.Un discípulo (estudiante) llevará mucho fruto (Juan 15:8)

6.Un discípulo (estudiante) debe de tener amor por los demás (Juan 13:34-35)

7.Un discípulo (estudiante) debe de continuar en la Palabra de Dios (Juan 8:32)




UN DISCÍPULO DEBE DE SER COMO SU MAESTRO

Si tú has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador personal, Jesús es nuestro maestro (profesor) y nosotros sus discípulos (estudiantes). El deseo de cada profesor es que sus estudiantes crezcan en conocimiento y comprensión de las asignaturas para que puedan comprenderlas en el mismo nivel que él mismo. La Biblia nos habla de los creyentes en Jesús como Mesías, creciendo en el conocimiento y comprensión de Él y de la Palabra de Dios, para que podamos ser conformados a Su imagen. En Romanos 8:29 está escrito:

"Porque a los que antes conoció (Dios), también los predestinó para que sean hechos conformes a la imagen (la exacta semejanza espiritual y características) de su Hijo (Jesús)…"

Somos conformados a la imagen de Jesús a través de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. En 2ª Corintios 3:18 está escrito:

"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."

Dios dio el ministerio quíntuple a la iglesia para que los creyentes pudieran crecer de discípulos (estudiantes) a la madurez espiritual. Al hacerlo así, Dios deseaba que creciéramos en la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. En Efesios 4:11,13 está escrito:

"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo."


Por lo anteriormente expuesto, podemos ver que a un discípulo (estudiante) se le exige crecer para ser igual que su maestro (profesor). Estas fueron las palabras de Jesús en Lucas 6:40, según está escrito:

"El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro."



UN DISCÍPULO DEBE DE PONER SU PROPIA VIDA

En segundo, lugar, un discípulo (estudiante) pone su vida para ser como su maestro (profesor). Con el estudio viene el sacrificio. Para conseguir buenas notas en la escuela es necesario pasar mucho tiempo estudiando. Para conseguir buenas notas, tienes que sacrificar muchas veces la diversión con tus amigos. Al hacerlo así, estás poniendo a un lado los deseos de la carne (la diversión) para alcanzar una meta superior de conseguir buenas notas. De la misma manera, a los discípulos (estudiantes) de Jesús se les exige poner a un lado los deseos de la carne y los caminos del mundo (vida del alma/Psique) para alcanzar una meta más alta, la de agradar a nuestro Padre Celestial para poder desarrollar la madurez espiritual. Esto es la característica de un discípulo (estudiante) de Jesús. Jesús nos dijo esta verdad en Lucas 14:26, según está escrito:

"Si alguno viene en pos de mí; y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida

(Psique = 5590), no puede ser mi discípulo."

Esta Escritura no nos está diciendo que odiemos a nuestros padres o familia. Pero Jesús nos está diciendo que si tú estás poniendo los deseos de tus padres y tu familia por encima de la Voluntad de Dios para tu vida, entonces, tú no puedes ser Su discípulo. En un capítulo anterior de este libro, aprendimos que la "vida" de la cual Jesús nos está hablando en Lucas 14:26 es la palabra griega "Psique/vida del alma" que está influenciada por los caminos del mundo y los deseos de la carne. La "vida del alma/Psique" es contraria a la voluntad de Dios. En Mateo 10:39 está escrito:

"El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará."

En Juan 12:25 está escrito:

"El que ama su vida

(Psique), la perderá, y el que aborrece su vida (Psique) en este mundo, para vida (Zoé) eterna la guardará."

Para poder morir en la cruz, Jesús tuvo que poner primero su propia vida (Psique). Jesús puso su vida (Psique) antes de que Él muriera sobre la cruz sometiendo Su vida (Psique) a la Voluntad de Dios el Padre. En Juan 10:17 está escrito:

"Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida

(Psique),para volverla a tomar."

Jesús se sometió a la Voluntad de Dios y tomo Su decisión de poner Su vida (Psique) en el Huerto de Getsemaní. En Mateo 26:36, 38-39 está escrito:

"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní…Entonces Jesús dijo: Mi alma (Psique) está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú."

Por lo tanto, podemos ver que si un discípulo (estudiante) de Jesús desea ser como su maestro, Jesús mismo cedió a su propia voluntad para hacer la Voluntad de Dios en su vida



UN DISCÍPULO HA DE LLEVAR SU PROPIA CRUZ

¿Qué significa llevar nuestra propia cruz? Nuestra propia cruz representa cualquier cosa en la vida que nos estorba para convertirnos en un discípulo (estudiante) de Jesús y crezcamos a la plenitud de la madurez espiritual. En la parábola del sembrador, Jesús nos habla de cinco cosas que nos estorban para llevar la cruz sobre nosotros y de que le sigamos con todo nuestro corazón. En Marcos 4:17-19, estas cinco cosas son las siguientes:
1.Tribulación.
2.Persecución.
3.Los afanes del mundo.
4.El engaño de las riquezas.
5.Las codicias de otras cosas.

En Lucas 14:27 está escrito:

"Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo."

Jesús dijo estas palabras en Lucas 9.23:

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame."


Para poder tomar nuestra cruz, hemos de estar dispuestos a ser crucificados. ¿Qué quiere decir tomar tu cruz y estar dispuesto a ser crucificado? La cruz que hemos de llevar es poner a un lado nuestra vida del "alma/Psique" y no ser un siervo del pecado. En Romanos 6:6 está escrito:

"Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos al pecado."

En Gálatas 2:20 está escrito:

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."

Por lo tanto, un verdadero discípulo (estudiante) de Jesús debe de ser como su maestro. Debe de poner su "vida del alma/Psique", para no ser un siervo del pecado, y echar fuera todas esas cosas que se interponen en su relación personal con Dios y de hacer Su voluntad en su vida.



UN DISCÍPULO DEBE RENUNCIAR A TODO
PARA SERVIR A JESÚS

Un verdadero discípulo (estudiante) de Jesús pone a un lado todos los cuidados de este mundo y renuncia a ellos para ser un discípulo (estudiante) de Jesús para servirle con todo su corazón, mente, y fuerzas. En Lucas 14:33, Jesús habló estas palabras, según está escrito:

"Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo."

Para poder renunciar a todo y servir a Jesús, no se puede amar al mundo, sus caminos, ni sus cuidados. En 1ª Juan 2:15 está escrito:

"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él."


No amando las cosas del mundo, sus caminos, ni sus cuidados, no serás sólo un discípulo (estudiante) de Jesús, sino que también serás un buen soldado en el ejército de Dios. En 2ª Timoteo 2.3-4 está escrito:

"Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado."


Renunciando a todo para servir a Jesús y no estando enredado en los asuntos de esta vida, estarás negándote a los placeres de esta vida para ser un discípulo (estudiante) de Jesús. Negándote a ti mismo y a los placeres de esta vida que son contrarios a la voluntad de Dios, estarás negándote a ti mismo, tomando tu cruz cada día para seguir a Jesús. Jesús habló estas palabras en Lucas 9:23, según está escrito:

"Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame."

Por lo tanto, el discípulo (estudiante) de Jesús debe renunciar a los cuidados de este mundo y a los deseos de la carne y rechazar estas cosas que le impiden en su caminar espiritual con Dios, como tomar su cruz cada día para servir a Jesús, así como el hacer la voluntad de Dios en su vida.



UN DISCÍPULO DEBE LLEVAR MUCHO FRUTO

¿C��mo llevamos fruto en el Reino de Dios? Llevamos fruto en el Reino de Dios cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón, mente, y fuerzas y buscamos ser discípulos (estudiantes) de Jesús. Al hacerlo, hemos de darnos cuenta que Jesús es la vid y nosotros los pámpanos. Sólo podemos llevar mucho fruto cuando le sometemos nuestra vida a Él y dejamos al Espíritu Santo que produzca dentro de nosotros un carácter piadoso. Cuando sometemos nuestras vidas a Jesús y permitimos que el Espíritu Santo produzca dentro de nosotros un carácter piadoso, Dios nos prepara, enseña y equipa para seguirle y hacer Su Voluntad. Al seguir y hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas, llevaremos mucho fruto para Dios y el Reino de los Cielos.

Jesús es la vid y nosotros los pámpanos. En Juan 15:5 está escrito:

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."


Cuando sometemos y rendimos nuestras vidas a Jesús, necesitamos someter y rendir nuestras vidas al Espíritu Santo para que produzca un carácter piadoso dentro de nosotros. Los frutos del Espíritu Santo son mencionados en Gálatas 5:22-25, según está escrito:

"Mas el fruto del Espíritu Santo es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Pero los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu."

Si sometemos nuestras vidas a Jesús y permitimos al Espíritu Santo que produzca un carácter piadoso dentro de nosotros, Dios nos permitirá llevar mucho fruto en el Reino y seremos discípulos de Jesús. En Juan 15:8 está escrito:

"En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos."


De ahí que podamos comprender que un discípulo de Jesús debe de llevar mucho fruto en el Reino de Dios.



UN DISCÍPULO DEBE DE AMAR A LOS DEMÁS

¿Como creyente, cómo te gustaría que Dios ordenase una bendición para tu vida? Cuando los cristianos habitan en unidad, Dios ordena Sus bendiciones sobre esos creyentes que se aman los unos a los otros y habitan en unidad. En el Salmo 133: está escrito:

"Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía…porque allí envía el Señor bendición y vida eterna."


El mayor mandamiento dado por Jesús es el amar a Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas y el segundo mayor mandamiento es amar a tu prójimo como a ti mismo. En Marcos 12:30-31, Jesús habló estas palabras, según está escrito:

"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos."


Jesús nos dijo que nos amásemos los unos a los otros. En Juan 13:34-35 está escrito:

"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros."

Por lo tanto, un discípulo (estudiante) de Jesús debe amar a su prójimo como a sí mismo y tener amor por otros cristianos que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Al hacerlo, Dios ha prometido Su bendición sobre nuestras vidas.



UN DISCÍPULO DEBE DE ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS

Jesús era judío. Sus discípulos eran judíos. Las enseñanzas de Jesús estaban basadas en los fundamentos del Judaísmo transmitidas fielmente desde Abraham hasta David, y de David a Jesús. En Juan 4:24, Jesús dijo que los que adoran a Dios deben hacerlo en espíritu y en verdad. En la mentalidad judía durante los días de Jesús, la más alta forma de adoración a Dios era por medio del estudio.

Si amas a Dios y buscas ser un seguidor de Jesús eres Su discípulo (estudiante). Siendo un discípulo (estudiante) de Jesús, buscaremos aprender de Jesús y el conocimiento de la Palabra de Dios, Dios nos dará su revelación y comprensión de Su Palabra a través de la ayuda del Espíritu Santo. En Juan 14:26, el Espíritu Santo fue enviado para enseñarnos todas las cosas referente a Dios, según está escrito:

"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho."

El Espíritu Santo nos dirige, nos guía, nos enseña todas las cosas referente a Dios y su Palabra. En Juan 16:13 está escrito:

"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad…"


En la mente del pueblo judío en los días de Jesús, el estudio era la más alta forma de adorar a Dios. Deseando ser un discípulo (estudiante) de la Palabra de Dios y permitiendo que el Espíritu Santo nos enseñe todas las cosas, un discípulo (estudiante) de Jesús buscará estudiar la Palabra de Dios para presentarse aprobado delante de Dios. En 2ª Timoteo 2:15 está escrito:

"Procura (estudia) con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse…"

Por esta razón, un discípulo (estudiante) de Jesús debe continuar estudiando la Palabra de Dios y buscar el crecer en conocimiento y comprensión de Dios y de los caminos del Reino de los Cielos. Jesús habló estas palabras en Juan 8:31-32, según está escrito:

"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad (la Palabra de Dios), y la verdad os hará libres."




RESUMEN

Como conclusión, somos discípulos (estudiantes) de Jesús cuando deseamos y nos proponemos con todo nuestro corazón el amar y seguir a Dios en la misma manera que Jesús amó y siguió la voluntad de Dios. Al hacerlo, necesitamos poner a un lado las cosas que nos impiden darle a Jesús toda nuestra vida y corazón. Hemos de poner a un lado los cuidados de este mundo, los caminos del mundo, y los deseos de nuestra carne que son contrarios a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Haciéndolo así, desecharemos los placeres del mundo y tomaremos nuestra cruz cada día para seguir a Jesús y hacer la Voluntad de Dios.

Para crecer en conocimiento y comprensión de Dios, debemos buscar estudiar y aprender la Palabra de Dios y los caminos del Reino de los Cielos. Cuando lo hacemos, buscaremos el amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos y amaremos a nuestros compañeros cristianos. Al hacer estas cosas, llevamos mucho fruto para el Reino de Dios y seremos buenos y fieles discípulos y siervos de Dios. Siendo buenos y fieles discípulos y siervos de Dios, creceremos en madurez espiritual y estaremos calificados para ser la Novia de Cristo.